¿Sabías que de entre todos los sistemas de impresión que existen dentro del mundo de las Artes Gráfica, hay uno con el que se imprime una gran parte de las piezas destinadas al packaging?. Hablamos de la flexografía.
La flexografía es un sistema directo de impresión rotativa en el que se emplean planchas flexibles, en alto relieve, que transfieren la imagen directamente de la plancha a cualquier tipo de sustrato.
Al principio del proceso se prepara la plancha flexible mediante un tratamiento de luz UV, ya que el material del que está hecho la plancha es fotosensible. Se elabora a partir de un negativo altamente contrastado de la imagen, que se coloca sobre el material fotosensible. El negativo y la luz UV modelan la plancha creando zonas de alto relieve en la superficie de ésta.
La plancha se coloca en el rodillo portaplancha, dentro de la máquina impresora. Una vez colocada, se entinta al entrar en contacto con otro rodillo llamado anilox (de cerámica o acero). A lo largo de la superficie de este rodillo se distribuyen miles de pequeñas cavidades donde se alojará la tinta que, al girar, entintará directamente las zonas que están en relieve de plancha flexible. Tras ser entintada, la plancha sigue girando en su rodillo y entra en contacto directo con el sustrato a imprimir.
Al igual que en todos los sistemas de impresión, la flexografía tiene sus ventajas e inconvenientes. Por ejemplo es perfecta para imprimir gráficos sobre toda clase de embalaje gracias a la flexibilidad y adaptabilidad de la plancha impresora sobre cualquier tipo de sustrato: desde de plásticos (polietileno, polipropileno, poliéster, etc.), películas o films bolsas de papel y plástico, hasta cajas de cartón corrugado. Pero el inconveniente de imprimir sobre superficies desiguales, es que la precisión de la impresión no es muy alta.
Debido a las características de la plancha las lineaturas y los tamaños mínimos de tipografía a reproducir son más limitados que en otros sistemas de impresión como el huecograbado o el offset. Pero precisamente gracias a la forma impresora, es posible realizar tiradas largas y a un coste inferior que en huecograbado.
El tipo de tinta que se utiliza también resulta ventajosa ya que no necesita un tiempo de secado, lo que agiliza el proceso de impresión.